jueves, 27 de mayo de 2010

¿Matrimoniando?

Durante muchos años de mi vida yo me declaré como prounión libre por una razón un tanto romántica: "Si dos personas se quieren, no existe la necesidad de que firmen un contrato ni ante dios, ni ante la sociedad para hacer válida su relación".

Y así, me declaraba absolutamente a favor de la unión libre.

Con el paso del tiempo, me enteré de que al cabo de 5 años de unión libre, uno asume la condición de cónyuge y se deben asumir las características legales establecidas para ese tipo de unión. Más que un malestar con las condiciones legales en sí, me molestó que al no haber decididio firmar un contrato, se estuviera firmando un contrato ad hoc de manera implícita.

Y es que las lagunas existentes ante la unión libre me son complicadas. Deben saber que yo procedo de padres que vivieron su vida en unión libre, y que eso constituyó un absoluto desastre desde mi punto de vista.

El caso es que ahora, que sobrevino la ruptura definitiva, no puedo decir que se divorciaron, porque eso no aplica. Decir que están separados, equivaldría a decir que aún conservan la posibilidad de que se vuelvan a juntar. Y bueno....

¡Es un lío!

A lo que voy, es que con todo lo difícil que pueda ser un divorcio, prefiero mil veces firmar un papel. No, no es que crea en el matrimonio. Es que estoy convencida de que la ley puede brindar mejor luz, y prefiero establecer las normas del contrato que tendré con la otra persona, a dejar que la no decisión decida por mí.

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