La jodienda descremallerada

Muy distinto del amor es el desasosiego, el hambre, el puñetazo en el estómago, el puñetazo en el coño, el deseo de ser colmada, de que te jodan por cada agujero, acompañando besos húmedos...

Es ahí que surge la idea de una jodienda descremallerada.

La jodienda descremallerada es más que joder. Constituye un ideal platónico. Es descremallerada porque cuando te juntabas, las cremalleras bajan como pétalos de rosa, las prendas interiores se esfuman en un suspiro, como pelusa de diente de león. Las lenguas se entrelazan y se converten en líquido. Toda tu alma sale a la superficie a través de tu lengua y entra a la boca de tu amante.

Para la verdadera, la definitiva jodienda descremallerada es preciso que nunca llegar a conocer bien al hombre. [Y para no perder la pasión], por otra parte, otra condición para la jodienda descremallerada es la brevedad. Y el anonimato aún la mejora.

La jodienda descremallerada es de una pureza inmaculada. Se ve libre de ulteriores móviles. No hay juego de poder.

Adicionalmente encontraremos el gusto por lo desconocido, que en el umbral de la percepción es altamente agradable. No se conoce la forma de tocar de esas manos ligeras, o pesadas. Ni cuáles son las fibras sensibles de esa persona. Se pueden dar lengüetazos, babeadas, mordidas, pero todo también de una manera en exceso cuidadosa en tanto que se buscará no dejar rastro de lo acontecido.

Pero debido a las múltiples telarañas, la jodienda descremallerada, muchas veces, no pasa de ser más que una hermosa fantasía.