lunes, 7 de septiembre de 2009

El Estudiante, la película

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Fragmento de "La vida es sueño" de Pedro Calderón de la Barca



¿A qué venimos a esta vida? ¿Cuáles son esos molinos de viento contra los que tenemos que luchar a través de nuestros años? ¿Existe algo peor que dejar morir los sueños?

Chano, nos demuestra que no hay edad límite para echar a andar nuestros más profundos sueños. Chano un hombre recién jubilado, padre de familia y abuelo, decide entrar a la universidad de Guanajuato a estudiar letras, consciente de las trabas y dificultades que enfrentará, él está dispuesto a enfrentar la adversidad para conseguir su objetivo.

Los alumnos, los administrativos, los maestros lo discriminan inicialmente, porque no deja de ser fuera de serie que un hombre entrado en años, se enrole a estudiar una licenciatura.

¿Pero acaso hay un estándar para soñar? ¿Acaso es lo correcto mantenerse dentro de los parámetros de normalidad? ¿Acaso... es lo más sano vivir sin detenerse un momento a cuestionarse el rumbo?

Y definitivamente, Chano desentona. Él llegó no sólo a aprender de los libros y la cátedra. Él llega a impactar positivamente en algunos de los estudiantes de su alrededor. Quienes a su vez, robarán un pedacito de su corazón. Los acontecimientos adversos, se diluyen cuando tienes con quién compartirlos, y cuándo hay algún clásico que te dé luz para comprender lo que te está ocurriendo.

Los espíritus jóvenes no dependen de la edad del cuerpo. Los espíritus jóvenes son aquéllos que han tenido la capacidad de permitirse volar y creer que se puede ir más allá.

Ésta muy cuidada producción cinematográfica, con locaciones en Guanajuato cuenta con una fotografía, un reparto, una musicalización, un guión y un trasfondo excelsos. Es una película muy recomendable, que les tocará el corazón y les dejará con muchas más fuerzas para derrotar aquellos molinos de viento, que por temor convertimos en gigantes.

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1 comentario:

Unknown dijo...

Se puede tener valor para enfrentar la vida, para observar lo que sucede, para entregarse a una pasión, pero hablar sobre un tema y sostener lo que se dice, requiere de coraje.
Notorias son las similitudes de tu prosa, el Quijote y la entrega en tus quehaceres de escritora. Por eso, agradecer debo la distinción en tu nota y tu tiempo para dejar plasmado tu aceptación por el sueño de esos a los que nos gusta contar historias en celuloide.