Vivo la vida desde una óptica romántica.
Y a pesar de que intelectualmente la época que más admiro es la de la Ilustración, soy una romántica a plenitud. Al más pleno estilo de Fausto.
-Tendré que dedicar un post a disertar acerca de esta cuestión.-
He entregado mi corazón en muchas ocasiones. Y muchas veces más, me lo han roto (no da el mismo resultado, porque me lo han roto incluso ahí donde no había entregado el corazón a voluntad).
Me ha costado rehacerme.
Y aunque en cada ocasión parece que será una tarea imposible, lo he logrado.
Hoy, me siento triste y desolada.
Y tal vez no pueda rehacerme en un largo rato.
Pero espero, y confío en que lo lograré.
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